Entre todos: ¡Paremos a los narcos!

Gracias a la denuncia de uno de los dos diarios más importantes del país hoy sabemos como funcionaba el "drogaducto" de Ezeiza. Un canal siniestro por el cual estabamos envenenando a los jovenes. Ahora todos los sabemos. Y eso hace que una fuerte presión social se ejerza sobre el juez que investiga y sobre los políticos. La fuerza de la gente está haciendo que se pongan las pilas. Y los resultados son claros y contundentes:
- La cúpula de la Fuerza Aerea fue decapitada. Ahora todos los brigadieres que hicieron "la vista gorda" no la harán más. Ellos no hicieron nada para parar esto. Muy bien: a partir de ahora van a poder segir "haciendo nada" pero en su domicilio. Porque ya están afuera.
- Los dueños de la aerolínea cuestionada deberán hacerse un profundo replanteo. Ellos subsistían gracias al apoyo del Estado. Ahora, después del escándalo, esa ayuda peligra. Durante lo que resta del 2005 no tendrán problemas porque el Congreso ya aprobó las subvenciones. ¿Pero que pasará en el 2006?
- La aduana, los funcionarios de aeropuerto y quienes autorizaron a esta línea aérea a volar a España no han sido vinculados a la causa por el juez. Pero, a partir de ahora, deberán estar alertas para que este escándalo no vuelva a ocurrir.
- Los empleados que pergeñaron esta maniobra dolosa ya están en prisión. Ellos deberán pasar una larga estadía bajo la sombra.
Como vemos, en la sociedad democrática, cuando el ciudadano exige, las fichas se reacomodan en honor a la Justicia.